domingo, 4 de octubre de 2009

   La energía química es una manifestación más de la energía. En concreto, és uno de los aspectos de la energía interna de un cuerpo y, aunque se en- cuentra siempre en la materia, sólo se nos muestra cuando se produce una alteración íntima de ésta.       En la ctualidad, la energía química és la que mueve los automóviles, los  buques y los aviones y, en general, millones de máquinas. Tanto la combus- tión del carbón, de la leña o del petróleo en las máquinas de vapor como la  de los derivados del petróleo en el estrecho y reducido espacio de los cilin- dros de un motor de explosión, constituyen reacciones químicas.                             El carbón y la gasolina gasificada se combinan con el oxígeno del aire, re- accionan con él y se transforman suave y lentamente, en el caso del carbón, o instantáne y rapidamente, en el caso de la gasolina dentro de los cilindros de los motores. Las mezclas gaseosas inflamadas se dilatan considerable y  rapidamente y en un instante comunican a los pistones del motor su energía de traslación, su fuerza viva o de movimiento.       Si se rodeasen el carbón o la leña, la gasolina y el petróleo de una atmós- fera de gas inerte, por ejemplo nitrógeno gaseoso, ni los primeros arderían ni los últimos explotarian en los cilindros. El nitrógeno no reacciona con  aquellos cuerpos y las mezclas de gasolina y nitrógeno ni arden ni explotan.       Finalmente, hay que mencionar la más reciente y espectacular aplicación de la energía química para lograr lo que durante muchos siglos constituyó su sueño: el viaje de ida y vuelta al espacio ex terior y a la Luna, asi como la co- locación de distintos tipos de satélites artificiales en determinadas órbitas.

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